mirada desde mi ventanita

tomar fotografías al mundo
viajar a Grecia
lanzarme al aire
viajar cuatro veces en avion en un día
tocar el piano
subir al everest
fotografiar al príncipe azul
escribir un libro
tener cuatro hijos
enamorarme una y otra vez
escribir historias
más fotos
pintar retablos
desconocerme en un acto teatral
amar
reir
llorar
enternecer
nunca dudar
solo estar segura de vivir
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14 de febrero

Con el viento, suenan las pequeñas lunitas y estrellitas de vidrio, chocando unas con otras, concluyendo siempre en ese sonido delicado, suave y agudo como xilófonos perdidos en el aire, sí, agradables finalmente, pero que siempre terminan recordándole a un martirizante "Yo te amo".

Había desarmado la cajita roja para pasar desapercibida,por alguna razón no era necesario que se enteren los demás que estaba enamorada. Esperó, y se hizo falsa compañera de las horas, sin embargo, poco a poco fue odiando sus minutos y segundos a medida que la tarde se ahogaba. La impaciencia la había invadido. Sus manos frías y temblorosas armaban y desarmaban aquella cajita roja, ensayando escenarios. Las horas enemigas trajeron la noche, que no se compadeció de ella, y la abrazó queriendo intimidarla, invitándola a desistir de su propósito. Ella ignoraba que a él se le acabó el amor.

Se siguen agitando las pequeñas lunitas y estrellitas trayendo ese sonido delicado, suave y agudo como xilófonos perdidos en el aire, que terminan siempre recordándole a un martirizante y cruel "Yo te amo".